viernes, noviembre 1, 2024
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Europa creará una nueva generación de cohetes y vehículos para la EEI

Las propuestas buscan que Europa sea un socio más fuerte para la EEI, además de intercambiar plazas de astronautas para misiones espaciales.

Los ministros que se reunieron en la cumbre de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Sevilla, España, respaldaron un plan estratégico que tiene como objetivo asegurar la independencia y el acceso de Europa al espacio, el cual incluye el desarrollo de una próxima generación de cohetes con mayor competitividad y vehículos de carga capaces de viajar a la Estación Espacial Internacional (EEI) y regresar.

La cita llega en un momento en el que el acceso y la exploración espacial han cambiado radicalmente y en el que -coinciden los funcionarios- hay que buscar nuevas soluciones.

“Hoy es un día muy satisfactorio para el espacio y estas decisiones tienen una gran implicación para el futuro”, resumió en rueda de prensa el director general de la ESA, Josef Aschbacher.

El espacio es hoy mucho más que ciencia espacial y exploración robótica y humana. Se ha convertido en algo estratégico para la prosperidad de cualquier nación: “La política espacial es política climática, industrial y de seguridad, es una herramienta crucial para afrontar los retos mundiales”.

“El espacio se ha convertido en un tema en la mesa de negociación mundial y Europa debe participar activamente en esta conversación”.

Aschbacher llegó a esta reunión en el Palacio de Congresos y Exposiciones con tres asuntos principales: cambio climático y sostenibilidad, el futuro de la exploración y los nuevos lanzadores, el punto más crítico del debate.

El sector del transporte espacial en todo el mundo está cambiando a un ritmo acelerado. Mientras que Estados Unidos, China y Rusia ya tienen capacidad para lanzar seres humanos al espacio, la India pronto les seguirá, apuntan desde la ESA.

SpaceX, con el gobierno de EU como cliente principal para el transporte humano y de carga, desde y hacia la EEI, se ha consolidado como líder del mercado del transporte espacial comercial.

La ESA admite que el acceso independiente de Europa al espacio se encuentra ahora en una “crisis temporal”.

Tras la suspensión de la cooperación entre la ESA y la agencia rusa Roscosmos por la guerra en Ucrania, Europa no puede servirse de los cohetes rusos Soyuz.

Además, en diciembre de 2022 se perdió un ejemplar de la nueva versión del cohete europeo Vega (Vega C) con dos satélites y el lanzamiento del Ariane 6 acumula sucesivos retrasos.

Esto ha hecho que la ESA recurra a lanzadores de Space X para las misiones Euclid y Hera, “como medida eventual”. Si bien desde la agencia se asegura que pronto el Vega C y el Ariane 6 garantizarán el acceso europeo al espacio, los países que la integran han decidido buscar nuevas soluciones competitivas ante un mercado -afirman- que ha cambiado totalmente.

Europa debe mantener la capacidad técnica e industrial para un acceso ininterrumpido al espacio y recuperar su posición comercial.

Aunque los grandes cohetes Ariane 6 y Vega C seguirán siendo una prioridad y servirán para grandes misiones científicas y estratégicas europeas, el reto ahora es una próxima generación de cohetes más competitiva, con la que se reduzca el coste de la financiación pública y se estimule un nuevo mercado para los empresarios espaciales europeos.

El papel de la ESA evolucionará para convertirse en “anclaje” y facilitador de actividades y servicios espaciales comerciales.

En el apartado de la exploración espacial, Aschbacher ha propuesto un concurso entre empresas europeas innovadoras para ofrecer un servicio de carga -vehículo- de ida y vuelta a la Estación Espacial Internacional, de aquí a 2028.

Esto requiere capacidad de transporte, acoplamiento en la estación y reentrada, algo que Europa no posee en la actualidad.

El objetivo es que el vehículo de servicio pueda evolucionar más adelante hacia uno tripulado y servir a otros destinos más allá de la órbita terrestre baja.

Ya se ha obtenido financiación pública para la fase inicial, que se complementará con aportaciones privadas.

Con el respaldo a estas propuestas, Europa no sólo será un socio más fuerte, sino que también podrá intercambiar plazas de astronauta para misiones a corto y medio plazo a la estación espacial o a una futura estación espacial comercial y, eventualmente, a la Luna, defienden desde la ESA.

En cuanto al cambio climático, la ESA y la Comisión Europea han unido sus fuerzas para acelerar el uso de los satélites de observación de la Tierra, como los del programa Copérnico, y la información que proporcionan para hacer frente al acuciante reto del cambio climático.

La ESA ha vuelto a reivindicar su política de “cero desechos” en el espacio y en la cumbre ha abierto la “carta de basura cero” para su firma tanto al sector público como privado.

En los últimos años se han lanzado más satélites que en todas las seis décadas de exploración espacial y 130 millones de trozos de basura espacial mayores que un milímetro orbitan la Tierra, amenazando a los satélites de ahora y futuros. Los comportamientos en el espacio tienen que cambiar, advierte la ESA.

La alemana Anna Christmann, presidenta de turno de la ESA, ha concluido: hoy los Estados miembros han reafirmado su compromiso con una ESA fuerte, permitiendo dar los primeros pasos hacia unas políticas innovadoras y competitivas.

“Una agencia fuerte también ayudará a utilizar mejor el espacio para abordar el cambio climático, beneficiando a todos los habitantes de la Tierra”.