Proyecto de estimulación de lluvias beneficia zona frijolera y semidesierto de Zacatecas: Agricultura
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó que, como producto de los primeros cinco vuelos del proyecto de estimulación de lluvias del ciclo primavera-verano 2023 en Zacatecas, a la fecha se ha beneficiado a dos polígonos considerados en el mismo: uno en la zona frijolera y otro en el área del semidesierto.
La dependencia federal informó que arrancó el proyecto a principio de julio en la región que integran los estados de Coahuila, Durango y Zacatecas, lo que se ha visto reflejado en lluvias en la zona frijolera, principalmente, donde existen 198 mil 233 hectáreas con humedad para siembra, de acuerdo con información del Distrito de Desarrollo Rural (DDR) Río Grande.
El proyecto se puso en marcha con técnicos de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) y el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, con el objetivo de combatir los efectos de la sequía en el sector rural y contribuir a la recarga de acuíferos, en beneficio de la actividad agropecuaria.
A nivel nacional, se delimitaron 10 polígonos que comprenden regiones de Sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Chihuahua, Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Coahuila y Tamaulipas, así como región de La Laguna, para aplicar el programa.
La planeación y programación de este tipo de vuelos se lleva a cabo a partir del análisis de las condiciones meteorológicas definidas por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y con información adicional obtenida mediante aplicaciones móviles e imágenes satelitales, detalló la Secretaría de Agricultura.
Explicó que la sustancia asperjada a las nubes se compone de moléculas de yoduro de plata sobre enfriada en acetona, lo cual genera núcleos de condensación que generan la precipitación pluvial y es una tecnología cien por ciento mexicana.
Agricultura expuso que el proceso de aspersión de moléculas de yoduro de plata y acetona no causa ningún impacto ambiental ni contaminación al agua, dada su composición de sal y mineral.
La tecnología aplicada desde finales del año 2020 retoma el desarrollo de hace más de 40 años iniciado por el agrónomo Manuel Menéndez Osorio. A partir de 2013 es perfeccionada por el ingeniero Alejandro Trueba Carranza y se reinicia el proyecto con mejoras sustanciales a la fórmula química y se libera en 2019.