Primer triunfo legislativo de Biden, un texto de Sergio Muñoz Bata
Un paquete de estímulo económico formulado por Biden y los demócratas que beneficiará a la gente común y corriente, no a los millonarios de Wall Street
Nada ilustra mejor las diferencias entre la administración de que comienza su mandato y el antiguo régimen, que las prioridades legislativas de Joe Biden y los Demócratas, y las de Donald Trump y el Partido Republicano.
El primer esfuerzo legislativo de Biden y de los Demócratas en el Congreso ha sido una clara apuesta a que la recuperación económica del país debe empezar asistiendo económicamente a los pobres y a la clase media.
Para Trump y los republicanos, la prioridad fue montar una rebaja de impuestos para beneficiar a las grandes corporaciones y a los súper ricos disfrazada de reforma fiscal.
Con su política económica, Biden deja en claro que favorece el crecimiento económico de abajo hacia arriba: rescatando primero a quienes perdieron sus trabajos por la pandemia, a los pequeños empresarios cuyos negocios han sufrido por los confinamientos, a los hospitales que fueron abandonados a su suerte y a los enfermos de Covid a quienes se les ocultó por meses la gravedad de la pandemia.
La política de Trump fue la vieja y desgastada teoría del goteo que prometía que al bajar los impuestos a los ricos crecería la inversión, se impulsaría la economía y nos beneficiaríamos todos. El problema es que desde Ronald Reagan y Margaret Thatcher, los más fieles practicantes del mito, hasta ahora, en ningún país la teoría del goteo ha generado mayor crecimiento económico ni ha creado más empleo ni ha beneficiado a la clase media y a los pobres.
Este fin de semana, los demócratas en el Senado, sin contar con un solo voto republicano, aprobaron un histórico plan de estímulo económico contra la pandemia por 1.9 billones de dólares. El paquete incluye el envío de cheques directos por 1.400 dólares a las personas que ganan menos de 75 mil dólares anuales.
Quienes perdieron su trabajo a causa de la pandemia recibirán además un bono por 300 dólares semanales con duración hasta el 6 de septiembre, y además habrá exenciones de impuestos para quienes ganen menos de 150.000 dólares al año
En términos de salud, el plan destina ayudas económicas a los hospitales rurales, y los trabajadores ahora desempleados podrán permanecer en el plan de salud de su empresa durante 18 meses mediante un seguro de salud. Para ayudarle a la gente a mantener este seguro sanitario que es muy caro, los beneficiarios recibirán un subsidio del 85% de las primas.
Otro apartado incluye millones de dólares en fondos de emergencia para asistir a los gobiernos estatales y locales seriamente afectados por la pandemia, en sus pagos a trabajadores esenciales de primera línea, en atención médica, seguridad, comida, carteros, dependientes en tiendas de comestibles. Asimismo, se ayudará económicamente a los colegios para procurar una reapertura segura. Más de un millón de pequeñas empresas serán subvencionadas y se invertirá también en habilitar centros de vacunación y testeo.
Hoy, la pobreza en el país ha crecido casi al doble del mayor aumento de pobreza en la década de los 60s. A los 43 millones de pobres que había en Estados Unidos previo a la pandemia, ahora hay que aumentarle 8 millones más.
La prioridad de Biden es ayudarle a la gente a pagar sus cuentas atrasadas, a comprar víveres, a evitar desahucios. Conforme mejore el control sanitario de la pandemia y se extienda la vacunación, los beneficios económicos del paquete de estímulos generarán un aumento del gasto de los consumidores, subirá la contratación de personal y aumentará la producción.
En cuestión de días vendrá la reconciliación entre los proyectos de ley del Senado y la Cámara de Representantes, y con la firma del presidente tendremos un paquete de estímulo que beneficia a la gente común y corriente, no a los millonarios de Wall Street.